viernes, 6 de noviembre de 2009

Relaciones peligrosas


Reír en compañía es una de las maneras infalibles de estrechar lazos de amistad. Qué no daría quien mira esta imagen por haber escuchado el chascarrillo de Mohamed VI que motivó la elegante carcajada de Hillary Clinton.

¿Le habrá contado que este 6 de noviembre se conmemora el trigésimo cuarto aniversario del inicio de la Marcha Verde mientras Marruecos sigue impune y la ONU indiferente? Imposible. Cuesta suponer que los conocimientos de la Secretaria de Estado estén al punto cuando se trata de viejas tropelías de potencias menores.

Habrá que observar la imagen con atención a fin de hacer conjeturas. El pañuelo a juego en el bolsillo del rey y las insignias que adornan corbata y solapa, el índice de la mano derecha que parece señalar a su interlocutora. Las infaltables perlas y la inclinación ensayada para simpatizar con disimulo que denotan la buena cuna de Clinton. El receptor y los audífonos para interpretación simultánea que amenazan con resbalar y evidencian que él habla inglés, pero ella no entiende árabe.

Aventuro posibles móviles de la risa: el Nobel de la Paz entregado a Barack Obama, la flamante política exterior de un gobierno incapaz de abandonar la realpolitik, las pifias diplomáticas de Clinton, el oropel de la reciente visita del ACNUR a los campamentos de población saharaui refugiada en Argelia, las mentiras de Felipe González respecto al Sáhara Occidental, la complicidad desfachatada entre el sultanato alauí y la monarquía española o los largos tentáculos que vinculan al Estado español con el francés y el israelí.

Nada de esto despertaría la risa sino la indignación de un ser humano con una mínima conciencia ética. La agencia EFE pone la fotografía en contexto: en el marco de la cumbre internacional Foro por el Futuro, Marruecos presentó un proyecto para la construcción de cinco centrales solares gracias a un acuerdo estratégico consolidado con España y Alemania. La idea se pondrá en práctica en noviembre de 2010 y dos de las centrales estarán en el Sáhara Occidental bajo ocupación militar marroquí. Seguramente Mohamed VI le explicó a Hillary Clinton que una de ellas se instalará en El Aaiún, la Secretaria de Estado intentó fallidamente pronunciar el nombre de tan exótica ciudad y el rey empuñó el índice para ayudarla a vocalizar. Ella se ríe de su propia torpeza, él sonríe con caballerosidad.

Respiro aliviada: por suerte no son más que dos personas cómodamente instaladas en la opulencia del poder, reunidas en un acto oficial con el objetivo de celebrar proyectos y alianzas comunes. Menos mal.

"Publicado a petición expresa de la autora y respetando su libertad para publicarlo en otros medios". Atenea Acevedo

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