El director del aeropuerto de Lanzarote puso el domingo una denuncia contra varias personas, entre las que se encuentra la activista saharaui Aminatou Haidar, de 42 años, por alteración del orden público y allanamiento de morada. Hoy a mediodía un policía municipal les ha entregado una citación para que acudan mañana miércoles a un juicio de faltas en el juzgado de instrucción 8 de Arrecife.
Haidar, que lleva desde la madrugada del lunes en huelga de hambre en la terminal del aeropuerto, se negó a firmar el acuse de recibo. "No lo haré hasta que no llegue mi abogada", le respondió al policía de San Bartolomé y éste se marchó. Le letrada de Haidar es Inés Miranda. "¿Alteración del orden público?", se sorprendió Miranda. "¡Pero si no dificulta el embarque ni el acceso al aeropuerto!".
Tras consultar con la dirección de AENA, la empresa que gestiona los aeropuertos españoles, su delegado en Lanzarote puso una denuncia el domingo después de que en la madrugada de ese mismo día algunos de los acompañantes de Haidar se resistiesen a abandonar la terminal, que cierra a las doce de la noche, como se lo exigía la Guardia Civil.
Agentes del instituto armado acuden todas las madrugadas al aeropuerto para sacar, con grandes precauciones, a Haidar a la calle. Cuando a las 5h30 reabre la terminal ella vuelve a entrar y se sienta en un banco acompañada por una docena de personas, simpatizantes saharauis y españoles
Tras haber pasado largos años en cárceles marroquíes, algunas de ellas secretas, y efectuar varias huelgas de hambre, el estado de salud de Haidar es muy delicado.
El desalojo del grupo por la Guardia Civil fue más pacífico en las madrugadas del lunes y de hoy martes. Los agentes utilizaron una camilla para trasladar a la activista hasta el exterior de la terminal. El forcejeo se produjo, en cambio, esta última madrugada con un equipo de Tele 5 que al que quiso filmar el traslado forzoso de Haidar.
La más célebre de las independentistas saharauis -ha sido premiada por prestigiosas fundaciones estadounidenses- llegó a Lanzarote el sábado en un vuelo de la compañía Canary Fly procedente de El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, de dónde había sido expulsada por la policía marroquí tras permanecer detenida 24 horas. Rabat alega que se negó a cumplimentar los trámites de entrada en el país.
Antes de ser expulsada la policía le retiró toda su documentación marroquí incluido su pasaporte con el que viaja. Una vez a bordo ella se dirigió al piloto y le explicó que carecía de documentación para entrar en España y que se encontraba en el aparato en contra de su voluntad. Pese a todo el piloto despegó rumbo a Lanzarote tras recibir una llamada telefónica, lo que, en opinión de Inés Miranda, fue ilegal.
Una vez en la isla canaria Haidar se negó a desembarcar y pasar el control de entrada, pero la policía la obligó. Entró en España sin pasaporte y sin ni siquiera tener que enseñar la tarjeta de residente que posee desde 2006 por motivos humanitarios, para que pueda acudir al médico. A principios de este mes se sometió a una revisión médica en el hospital La Paz de Madrid.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dio por buena, el domingo en Córdoba, la versión marroquí de la expulsión y dejó caer que España la acogía por razones humanitarias. Horas después fuentes de la Dirección General de Comunicación Exterior señalaron que la tarjeta de residente equivale a un salvoconducto con el que los extranjeros no comunitarios que carezcan de pasaporte pueden entrar en España. La abogada Inés Miranda asegura que la tarjeta de residencia no es un documento válido para viajar a España.
Nada más pasar los controles de entrada en Lanzarote Aminatou Haidar intentó, el sábado, comprar un billete para regresar a El Aaiún, pero la compañía Canary Fly no se le vendió alegando que no disponía de plazas en su próximo vuelo. Peor aún, la policía le explicó que al carecer de pasaporte no podría salir de España. Su tarjeta de residencia sí era válida para entrar, pero no para salir del país.
Por esa razón Haidar y la letrada Miranda pusieron, el domingo, una denuncia en la comisaría del aeropuerto por secuestro y malos tratos contra la administración española, que la retiene en Lanzarote en contra de su voluntad, y contra la línea aérea que la trajo forzosa hasta la isla. Inés Mirada se sorprende que la fiscalía no haya actuado de oficio contra Canary Fly.
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