viernes, 4 de noviembre de 2011

Lo que ocurrió en el mitin del PSOE y lo que debió haber ocurrido.

Un grupo de valientes activistas de la ACAPS –Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui- exhiben unas banderas de la República Saharaui para llamar la atención del gobierno socialista sobre el dramático conflicto del Sáhara; unos voluntarios acreditados como miembros de seguridad se comportan civilizadamente, solo al principio, pidiéndoles que abandonen la sala; al secretario local del PSOE y concejal del Ayuntamiento de La Laguna, Javier Abreu, se le va la olla y se mete en el ajo empujando de mala manera a los manifestantes cual portero de discoteca, diciéndole Dios sabe qué al oído de una de las chicas, saltando por encima de las butacas y tirándose al cuello de uno de ellos (ver momentos estelares en los minutos 1:32 , 2:22 y 3.02); la guardia pretoriana socialista, jóvenes delfines miembros de seguridad se transforman en matones; exaltados familiares y beneficiados del partido -los menos entre tanto público pero suficientes- empujan, golpean, pellizcan y tiran del pelo (ver al “valiente” del suéter azul sobre los hombros en el minuto 1:41) sin detenerse a pensar en lo justo de las reivindicaciones de los manifestantes, abusando cobardemente parapetados como masa sin nombre, ante la noble actitud de no violencia de los manifestantes; niños que lloran y mucho asombro ante la asimetría de fuerzas; algún asistente sensible, simpatizante, que ha acudido a informarse -no a hacer bulto y a aplaudir a su ídolo-, pide calma a su alrededor y se le empañan los ojos ante la inusitada violencia de los cancerberos del partido que dan rienda suelta a la fiera tribal que llevan dentro; y como broche de oro, al flamante candidato y líder del PSOE, Sr. Rubalcaba, no se le ocurre otra cosa que decir a través del micrófono, una vez que los han echado (con caída escaleras abajo de una de las activistas y cosas peores, ya fuera de cámara) la siguiente gracia:

“Lo único que siento es que ahora quedan sitios libres y hay gente ahí fuera esperando...”

Dudo que se pueda ser más torpe y que lo sucedido no afecte en las urnas.
Esto ocurrió.

¿Qué tal si imaginamos lo que debió haber ocurrido?

Ante la irrupción de los manifestantes en el mitin, el Sr. Rubalcaba les concede amablemente la palabra unos pocos minutos para escuchar sus reivindicaciones, seguidamente los despide con su cautivadora y fraternal sonrisa; determinados militantes y fans – y digo fans- del partido se quedan tranquilitos, sentados o de pie, pero con las lengüitas y las manitas quietas y dejan a los voluntarios de seguridad hacer su trabajo, que consiste en desalojarlos por las buenas, sin violencia; el susodicho político del Ayuntamiento lagunero, de cuyo nombre no queremos acordarnos, no coge nervios y no intenta ganar puntos ante su jefe supremo nacional para demostrarle que tiene todo atado y bien atado en la ínsula Barataria; y por último, una vez que ya se han ido con su misión cumplida, unas inteligentes palabras del demócrata candidato del PSOE, Sr. Rubalcaba, diciéndole al público, en voz bien alta con su cálida voz:

-Me habría gustado que los manifestantes se quedaran a escuchar nuestro innovador programa de gobierno bajo el lema “Lucha por lo que quieres”...

Y seguidamente, en un instante de silencio, un pensamiento reservado para sí mismo que nace de la turbia conciencia que comparte con su compañero y agitador de campaña electoral, Felipe González:

“Lo siento, pero a los saharauis que les den. Es lo que hay.”

http://www.youtube.com/watch?v=rocUYxLd5eo&feature=youtube_gdata_player

Santiago Ríos.

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