Esperanza Jorge Barbuzano
En un mundo que pisotea la justicia social, los derechos humanos, que antepone intereses del capital frente a la vida, frente a pueblos que buscan existir, es absolutamente imprescindible defender y preservar las firmezas que conforman a aquellas personas dispuestas a darse en la terca tarea de frenar los abusos, la opresión, el atropello.
Una mujer, Aminetu Haidar, que desapareció en 1987 en las cárceles secretas marroquíes, torturada con los ojos vendados durante cuatro años, sufriendo las más humillantes vejaciones, no cesa de ser agredida y como muestra de ello hoy duerme un duro ayuno sobre la fina capa de espuma que la separa de un suelo isleño a más de 100 millas de su casa. Permanece tumbada, silenciosa o compartiendo pequeñas conversaciones con los más cercanos, con luz tenue, intentando mitigar los terribles dolores que la huelga de hambre le provoca desde el 15 de noviembre.
Con su privación de alimento se cuela en las pupilas de los espectadores haciendo que a partir de su secuestro en territorio español, visualicen a las miles de familias saharauis arrinconadas en campos de refugiados desde hace más de 35 años.
Aminetu Haidar desde siempre activista en defensa de la justicia social, desde siempre perseguida y amenazada. No pasa inadvertida tanta dignidad hecha lucha pacifista con la que en estos días denuncia la violación del derecho a la libre circulación y al disfrute de la familia, que sufrió cuando la expulsaron del Sahara Occidental, su pueblo, y la retuvieron en las Islas Canarias, saltándose la legislación internacional, la ley de extranjería, la Constitución Española y la propia Declaración Universal de Derechos Humanos.
Ayer, 11 de diciembre Aminetu Haidar, gravemente debilitada pero reforzada en sus convicciones justas, ha sido nuevamente reconocida, esta vez recibiendo el premio Nelson Mandela a la Solidaridad y la Paz por “toda su trayectoria en defensa de los derechos humanos y por la dignidad mostrada con su huelga de hambre”. Este premio fue concedido entre otros al Partido Kurdo de los Trabajadores, al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (Brasil), a las Madres de la Plaza de Mayo y al Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, presidido por Evo Morales.
Aminetu es futuro, porque su caminar ya forma parte de la andadura común que hace senda para aquellas personas que toman conciencia y, hacia propuestas mejores para todos, deciden comenzar a andar. Aminetu es futuro por eso y porque estará.
Una mujer, Aminetu Haidar, que desapareció en 1987 en las cárceles secretas marroquíes, torturada con los ojos vendados durante cuatro años, sufriendo las más humillantes vejaciones, no cesa de ser agredida y como muestra de ello hoy duerme un duro ayuno sobre la fina capa de espuma que la separa de un suelo isleño a más de 100 millas de su casa. Permanece tumbada, silenciosa o compartiendo pequeñas conversaciones con los más cercanos, con luz tenue, intentando mitigar los terribles dolores que la huelga de hambre le provoca desde el 15 de noviembre.
Con su privación de alimento se cuela en las pupilas de los espectadores haciendo que a partir de su secuestro en territorio español, visualicen a las miles de familias saharauis arrinconadas en campos de refugiados desde hace más de 35 años.
Aminetu Haidar desde siempre activista en defensa de la justicia social, desde siempre perseguida y amenazada. No pasa inadvertida tanta dignidad hecha lucha pacifista con la que en estos días denuncia la violación del derecho a la libre circulación y al disfrute de la familia, que sufrió cuando la expulsaron del Sahara Occidental, su pueblo, y la retuvieron en las Islas Canarias, saltándose la legislación internacional, la ley de extranjería, la Constitución Española y la propia Declaración Universal de Derechos Humanos.
Ayer, 11 de diciembre Aminetu Haidar, gravemente debilitada pero reforzada en sus convicciones justas, ha sido nuevamente reconocida, esta vez recibiendo el premio Nelson Mandela a la Solidaridad y la Paz por “toda su trayectoria en defensa de los derechos humanos y por la dignidad mostrada con su huelga de hambre”. Este premio fue concedido entre otros al Partido Kurdo de los Trabajadores, al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (Brasil), a las Madres de la Plaza de Mayo y al Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, presidido por Evo Morales.
Aminetu es futuro, porque su caminar ya forma parte de la andadura común que hace senda para aquellas personas que toman conciencia y, hacia propuestas mejores para todos, deciden comenzar a andar. Aminetu es futuro por eso y porque estará.
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