De los gritos de exaltación, a los de pánico. Lo que iba a ser una marcha pacífica en pro del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui ha terminado en tragedia. Un joven ha perdido una pierna al manifestarse frente al Muro de Marruecos, una zona repleta de minas antipersona.
Alrededor de 2.500 personas -europeos y saharauis de los campos de refugiados de Tinduf - se habían congregado frente a este muro para formar una cadena humana de solidaridad. Los organizadores, una plataforma independiente de españoles, pretendían mostrar así su apoyo a los sahararuis. Sin embargo, sus intenciones se han visto truncadas desde el primer momento.
La idea era marchar hasta un punto que distanciaba un kilómetro y medio de la zona minada que custodia el muro, pero un centenar de exaltados jóvenes saharauis han sobrepasado esa barrea y se han adentrado en el campo de minas. Descontrolados, se han zafado de la resistencia de las personas encargadas de la seguridad mientras proclamaban en árabe consignas por un 'Sáhara libre'. Juntos han corrido hasta la valla de alambres que se sitúa unos metros por delante del muro y han arrancado parte de los postes y la alambrada, que exibían como un trofeo. Al otro lado del muro, los militares del Ejército marroquí contemplaban impasibles la escena.
Tras los jóvenes saharauis, se han acercado al muro la mayoría de los participantes en la concentración, desafiando a las minas que se encontraban salteadas por el terreno. Algunos incluso se acercaban a fotografiarlas. Un deselance trágico parecía más que probable.
Un estallido que terminaba en tragedia
"Por favor, alejaos, alejaos de aquí. Es un campo minado", decían a través de altavoces miembros de las Juventudes del Frente Polisario. No han obtenido respuesta. Gritos y carreras de los saharauis se sucedían sobre el campo de minas. "Por favor, es muy peligroso", rogaba la voz del altavoz.
Hasta que, de pronto, el estallido. Segundos de tenso silencio. Después, gritos y lágrimas. En el suelo, Brahim, un joven saharaui de 16 años sangraba. Había pisado una de las minas y había perdido su pierna derecha a la altura de la rodilla. Un grupo de jóvenes totalmente fuera de sí le han trasladado hasta un camión que le ha llevado al hospital central de Rabouni, a unos 85 kilómetros de la zona de la concentración. Junto a él, ha sido ingresado otro joven de 21 años originario de Aaiun que se encontraba a su lado, con graves heridas de metralla en su rostro. La marcha ha quedado disuelta entre lágrimas.
El Muro de Marruecos es una edificación de más 1700 kilómetros que atraviesa el Sáhara y separa a las familias saharauis que viven en zona marroquí de las que huyeron a los campos de refugiados de Tinduf, en el desierto argelino, tras la Marcha Verde de 1975. Lo levantó Marruecos en los años 80 para repeler los ataques del Frente Plosario. En 1991 se firmaron los acuerdos de paz entre Marruecos y los representantes del pueblo saharaui, sin embargo la zona sigue plagada de minas antipersonas -hasta cinco millones- y bajo la vigilancia de varias unidades del ejército marroquí. Los encargados de vigilar esta frontera son los miembros de la Minurso, -misión de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental- que no han intervenido en esta mañana de tragedia.
La cadena humana solidaria ya se celebró, sin incidentes el pasado año. Se trata del acto central de una semana de convivencia con los refugiados saharauis promovida por un grupo de españoles para sensibilizar sobre la situación que se vive en el desierto.
El incidente de este viernes llega en un momento de espera para las negociaciones del conflicto sahararui. El próximo 14 de abril se espera un nuevo informe del enviado especial de la ONU en la zona, Christopher Ross. Al margen de la vía diplomática, los jóvenes saharauis se encuentran en una situación difícil, con muchos partidarios de levantarse en armas contra Marruecos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/10/internacional/1239362459.html
Alrededor de 2.500 personas -europeos y saharauis de los campos de refugiados de Tinduf - se habían congregado frente a este muro para formar una cadena humana de solidaridad. Los organizadores, una plataforma independiente de españoles, pretendían mostrar así su apoyo a los sahararuis. Sin embargo, sus intenciones se han visto truncadas desde el primer momento.
La idea era marchar hasta un punto que distanciaba un kilómetro y medio de la zona minada que custodia el muro, pero un centenar de exaltados jóvenes saharauis han sobrepasado esa barrea y se han adentrado en el campo de minas. Descontrolados, se han zafado de la resistencia de las personas encargadas de la seguridad mientras proclamaban en árabe consignas por un 'Sáhara libre'. Juntos han corrido hasta la valla de alambres que se sitúa unos metros por delante del muro y han arrancado parte de los postes y la alambrada, que exibían como un trofeo. Al otro lado del muro, los militares del Ejército marroquí contemplaban impasibles la escena.
Tras los jóvenes saharauis, se han acercado al muro la mayoría de los participantes en la concentración, desafiando a las minas que se encontraban salteadas por el terreno. Algunos incluso se acercaban a fotografiarlas. Un deselance trágico parecía más que probable.
Un estallido que terminaba en tragedia
"Por favor, alejaos, alejaos de aquí. Es un campo minado", decían a través de altavoces miembros de las Juventudes del Frente Polisario. No han obtenido respuesta. Gritos y carreras de los saharauis se sucedían sobre el campo de minas. "Por favor, es muy peligroso", rogaba la voz del altavoz.
Hasta que, de pronto, el estallido. Segundos de tenso silencio. Después, gritos y lágrimas. En el suelo, Brahim, un joven saharaui de 16 años sangraba. Había pisado una de las minas y había perdido su pierna derecha a la altura de la rodilla. Un grupo de jóvenes totalmente fuera de sí le han trasladado hasta un camión que le ha llevado al hospital central de Rabouni, a unos 85 kilómetros de la zona de la concentración. Junto a él, ha sido ingresado otro joven de 21 años originario de Aaiun que se encontraba a su lado, con graves heridas de metralla en su rostro. La marcha ha quedado disuelta entre lágrimas.
El Muro de Marruecos es una edificación de más 1700 kilómetros que atraviesa el Sáhara y separa a las familias saharauis que viven en zona marroquí de las que huyeron a los campos de refugiados de Tinduf, en el desierto argelino, tras la Marcha Verde de 1975. Lo levantó Marruecos en los años 80 para repeler los ataques del Frente Plosario. En 1991 se firmaron los acuerdos de paz entre Marruecos y los representantes del pueblo saharaui, sin embargo la zona sigue plagada de minas antipersonas -hasta cinco millones- y bajo la vigilancia de varias unidades del ejército marroquí. Los encargados de vigilar esta frontera son los miembros de la Minurso, -misión de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental- que no han intervenido en esta mañana de tragedia.
La cadena humana solidaria ya se celebró, sin incidentes el pasado año. Se trata del acto central de una semana de convivencia con los refugiados saharauis promovida por un grupo de españoles para sensibilizar sobre la situación que se vive en el desierto.
El incidente de este viernes llega en un momento de espera para las negociaciones del conflicto sahararui. El próximo 14 de abril se espera un nuevo informe del enviado especial de la ONU en la zona, Christopher Ross. Al margen de la vía diplomática, los jóvenes saharauis se encuentran en una situación difícil, con muchos partidarios de levantarse en armas contra Marruecos.
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