Las penalidades parece que pasan como el aire por el ánimo de esta joven de profundos ojos negros, educada en no perder la esperanza. “Ya vendrá la calma después de la tormenta. Han pasado 35 años desde que nos arrebataron la tierra pero aún vivimos, seguimos con nuestras tradiciones y tenemos ganas de vivir. El pueblo saharaui tiene un corazón único, a pesar de que estemos separados en distintos países. El pueblo saharaui no desaparecerá nunca”.
“Mi madre me enseñó a no depender de nadie”
Con polio desde los dos años, la saharaui protagoniza el filme ‘Wilaya’
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