El activista saharaui de Derechos Humanos, miembro del Comité Contra la Tortura en Dajla (CCTD), Rachid Sgheir, fue “liberado” después de ser “sometido a tortura”
Santa Cruz de Tenerife.- Chahid El Hafed-Dajla (Sahara Occidental).- Los presos políticos saharauis, Ibrahim Baryaz, Khalihenna Abou El Hassan y Ali Salem Ablagh, en huelga de hambre desde el pasado 13 de febrero en la cárcel en Marrakech (sur de Marruecos), “están en un estado crítico de salud”, según un comunicado del Comité Saharaui de Defensa de los Derechos Humanos de Gulimín (CSDDHG) al que tuvo acceso el Servicio de Comunicación Saharaui en Canarias (SCSC).
El Comité saharaui denunció con "dureza" el “deterioro de la salud de los presos políticos”, pidiendo a todas las asociaciones de los Derechos Humanos en todo el mundo a intervenir ante las autoridades marroquíes para que “liberen inmediatamente y sin condiciones los tres presos políticos saharauis”.
Además, las fuerzas de seguridad marroquíes dispersaron el pasado jueves “con brutalidad” dos manifestaciones en las ciudades de Zak y Assa (sur de Marruecos), “organizadas por ciudadanos saharauis en solidaridad con los presos políticos que siguen en las cárceles marroquíes”, indica la organización humanitaria saharaui.
Por otro lado, el activista saharaui de Derechos Humanos, miembro del Comité Contra la Tortura en Dajla (CCTD), Rachid Sgheir fue “liberado después de cerca de 24 horas durante los cuales fue sometido a tortura y otros tratos crueles y degradantes” por parte de las autoridades marroquíes, señala un comunicado.
El 12 de marzo de 2009, Rachid había grabado en vídeo las actuaciones de intimidación y chantaje a varios turistas españoles por parte de la policía marroquí siendo perseguido por esta en un primer intento de secuestro. El 13 de marzo de 2009, viendo que su casa estaba cercada por agentes de las fuerzas de ocupación, Rachid Sgheir acudió al Tribunal de Primera Instancia para denunciar la persecución y el intento de secuestro del que fue objeto el día anterior.
Sin embargo, a penas había entrado en la sede judicial, “fue secuestrado” por “varios agentes marroquíes, entre ellos el director de la Seguridad en Dajla, Hreiz Larbi, y el director del Departamento de Seguridad Territorial (DST) en la localidad”.
Contactado por el CCTD, Rachid Sgheir relató que le “pusieron las bandas sobre los ojos” y le “ataron las manos e introdujeron en un coche con matricula privada hacia a la Comisaría Central de Dajla (antigua Villa Cisneros) donde inmediatamente empezaron a torturarlo y maltratarlo”.
Alrededor de las 18:30, llego “el denominado Hreiz Larbi, le quitaron las bandas y éste último se dirigió al activista saharaui de Derechos Humanos” diciendo que quería “que lo viera perfectamente” puesto que “había recibido órdenes de altas esferas”, en referencia al Rey.
Hreiz Larbi “le dio entonces una patada en el ojo” que le hizo “perder la conciencia”, “le echaron agua” para reanimarlo y “lo arrastraron hasta la celda”. Hreiz Larbi “ordenó a los agentes que quitaran las mantas que allí había, llenar la celda con agua y apretar las esposas sobre sus muñecas”, recalcado que se trataba de “un enemigo de la patria que no merecía ninguna piedad. Al mismo tiempo, amenazo a cualquiera que le diera una gota de agua”, indica el CCTD.
El día siguiente, a las 07:00 horas, “cuatro agentes llevaron a Rachid hacia una sala en la misma Comisaría donde procedieron, bajo supervisión de Hreiz Larbi, a interrogarle bajo amenazas”. Durante el interrogatorio, “le preguntaron sobre sus actividades, sus relaciones con otras organizaciones particularmente internacionales, sus contactos con otros defensores saharauis de Derechos Humanos y le preguntaron sobre la contraseña de su correo electrónico y obligándole a firmar un informe policial sin poder leer su contenido”.
Después, hacia las 15:00 horas, “le llevaron al Tribunal de Primera Instancia donde compareció ante el procurador del Rey. Rachid denuncio ante éste “las vejaciones a las que fue sometido y que había firmado un documento por la fuerza, sin saber su contenido. El procurador procedió a su liberación inmediatamente, sin responder a sus quejas”, finaliza el comunicado del Comité Contra la Tortura de Dajla.
El Comité saharaui denunció con "dureza" el “deterioro de la salud de los presos políticos”, pidiendo a todas las asociaciones de los Derechos Humanos en todo el mundo a intervenir ante las autoridades marroquíes para que “liberen inmediatamente y sin condiciones los tres presos políticos saharauis”.
Además, las fuerzas de seguridad marroquíes dispersaron el pasado jueves “con brutalidad” dos manifestaciones en las ciudades de Zak y Assa (sur de Marruecos), “organizadas por ciudadanos saharauis en solidaridad con los presos políticos que siguen en las cárceles marroquíes”, indica la organización humanitaria saharaui.
Por otro lado, el activista saharaui de Derechos Humanos, miembro del Comité Contra la Tortura en Dajla (CCTD), Rachid Sgheir fue “liberado después de cerca de 24 horas durante los cuales fue sometido a tortura y otros tratos crueles y degradantes” por parte de las autoridades marroquíes, señala un comunicado.
El 12 de marzo de 2009, Rachid había grabado en vídeo las actuaciones de intimidación y chantaje a varios turistas españoles por parte de la policía marroquí siendo perseguido por esta en un primer intento de secuestro. El 13 de marzo de 2009, viendo que su casa estaba cercada por agentes de las fuerzas de ocupación, Rachid Sgheir acudió al Tribunal de Primera Instancia para denunciar la persecución y el intento de secuestro del que fue objeto el día anterior.
Sin embargo, a penas había entrado en la sede judicial, “fue secuestrado” por “varios agentes marroquíes, entre ellos el director de la Seguridad en Dajla, Hreiz Larbi, y el director del Departamento de Seguridad Territorial (DST) en la localidad”.
Contactado por el CCTD, Rachid Sgheir relató que le “pusieron las bandas sobre los ojos” y le “ataron las manos e introdujeron en un coche con matricula privada hacia a la Comisaría Central de Dajla (antigua Villa Cisneros) donde inmediatamente empezaron a torturarlo y maltratarlo”.
Alrededor de las 18:30, llego “el denominado Hreiz Larbi, le quitaron las bandas y éste último se dirigió al activista saharaui de Derechos Humanos” diciendo que quería “que lo viera perfectamente” puesto que “había recibido órdenes de altas esferas”, en referencia al Rey.
Hreiz Larbi “le dio entonces una patada en el ojo” que le hizo “perder la conciencia”, “le echaron agua” para reanimarlo y “lo arrastraron hasta la celda”. Hreiz Larbi “ordenó a los agentes que quitaran las mantas que allí había, llenar la celda con agua y apretar las esposas sobre sus muñecas”, recalcado que se trataba de “un enemigo de la patria que no merecía ninguna piedad. Al mismo tiempo, amenazo a cualquiera que le diera una gota de agua”, indica el CCTD.
El día siguiente, a las 07:00 horas, “cuatro agentes llevaron a Rachid hacia una sala en la misma Comisaría donde procedieron, bajo supervisión de Hreiz Larbi, a interrogarle bajo amenazas”. Durante el interrogatorio, “le preguntaron sobre sus actividades, sus relaciones con otras organizaciones particularmente internacionales, sus contactos con otros defensores saharauis de Derechos Humanos y le preguntaron sobre la contraseña de su correo electrónico y obligándole a firmar un informe policial sin poder leer su contenido”.
Después, hacia las 15:00 horas, “le llevaron al Tribunal de Primera Instancia donde compareció ante el procurador del Rey. Rachid denuncio ante éste “las vejaciones a las que fue sometido y que había firmado un documento por la fuerza, sin saber su contenido. El procurador procedió a su liberación inmediatamente, sin responder a sus quejas”, finaliza el comunicado del Comité Contra la Tortura de Dajla.
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