El gobierno español se ha negado a ni siquiera estudiar la solicitud de asilo político de 17 de los saharauis que llegaron el pasado 5 de enero a Fuerteventura, huyendo de la represión que se ha agravado en los territorios ocupados por Marruecos en el Sáhara Occidental tras el brutal desmantelamiento del campamento por la dignididad en Gdeym Izik (afueras de El Aaiún, capital ocupada del Sáhara Occidental).
A pesar de los numerosos informes que se han hecho llegar al ministerio del interior, tanto de organismos de derechos humanos como por parte de las familias de este grupo de solicitantes de asilo político, la voluntad del gobierno español es proceder a su inmediata expulsión y entregarlos a los torturadores marroquíes. Sólo una decisión judicial, ante el recurso interpuesto por la CEAR, puede paralizar la repugnante decisión de los gobernantes españoles.
Paralelamente hemos vuelto a asistir a un coro de indignas manifestaciones de personajes como Jáuregui, o la ministra de exteriores Trinidad Jiménez, insistiendo en que los saharauis deben renunciar a su legítimo derecho a la autodeterminación y aceptar la autonomía que les ofrece el sátrapa marroquí Mohamed VI.
El gobierno español ha decidido quitarse la careta de “neutralidad positiva” con la ocultaba su política real hacia el Sáhara, abandonar toda apariencia de agente neutral que busca una salida negociada para mostrar a las claras qué posiciones ha venido defendiendo durante los últimos siete años: apoyar las pretensiones anexionistas del rey de Maruecos y completar así la traición que el último gobierno de la dictadura franquista cometió con el pueblo saharaui.
Resulta terrible el papel que han decidido imponer al partido socialista unos dirigentes indignos del compromiso con la causa saharaui que sostienen mayoritariamente los pueblos del Estado Español y numerosos militantes socialistas.
Jáuregui, Jiménez, Zapatero, Felipe González, Jerónimo Saavedra, Rubalcaba y otros propagandistas de la brutal dictadura de Mohamed VI han decidido contribuir al hundimiento de su partido haciendo público su definitivo abandono de la causa saharaui, su abandono definitivo del apoyo a los principios de la legalidad internacional. Desconocemos cuáles pueden ser las auténticas razones, el precio de qué favores están pagando con este abrazo a unos de los regímenes más repugnantes, pero que tengan claro que hay muchas personas que estamos dispuestos a que este paso del partido socialista tenga su castigo en cuantas citas electorales se desarrollen en el futuro.
Un pueblo digno como el pueblo saharaui no se merece tanta traición. Un pueblo digno, como el pueblo canario, no puede dejar sin respuesta tanta traición.
A pesar de los numerosos informes que se han hecho llegar al ministerio del interior, tanto de organismos de derechos humanos como por parte de las familias de este grupo de solicitantes de asilo político, la voluntad del gobierno español es proceder a su inmediata expulsión y entregarlos a los torturadores marroquíes. Sólo una decisión judicial, ante el recurso interpuesto por la CEAR, puede paralizar la repugnante decisión de los gobernantes españoles.
Paralelamente hemos vuelto a asistir a un coro de indignas manifestaciones de personajes como Jáuregui, o la ministra de exteriores Trinidad Jiménez, insistiendo en que los saharauis deben renunciar a su legítimo derecho a la autodeterminación y aceptar la autonomía que les ofrece el sátrapa marroquí Mohamed VI.
El gobierno español ha decidido quitarse la careta de “neutralidad positiva” con la ocultaba su política real hacia el Sáhara, abandonar toda apariencia de agente neutral que busca una salida negociada para mostrar a las claras qué posiciones ha venido defendiendo durante los últimos siete años: apoyar las pretensiones anexionistas del rey de Maruecos y completar así la traición que el último gobierno de la dictadura franquista cometió con el pueblo saharaui.
Resulta terrible el papel que han decidido imponer al partido socialista unos dirigentes indignos del compromiso con la causa saharaui que sostienen mayoritariamente los pueblos del Estado Español y numerosos militantes socialistas.
Jáuregui, Jiménez, Zapatero, Felipe González, Jerónimo Saavedra, Rubalcaba y otros propagandistas de la brutal dictadura de Mohamed VI han decidido contribuir al hundimiento de su partido haciendo público su definitivo abandono de la causa saharaui, su abandono definitivo del apoyo a los principios de la legalidad internacional. Desconocemos cuáles pueden ser las auténticas razones, el precio de qué favores están pagando con este abrazo a unos de los regímenes más repugnantes, pero que tengan claro que hay muchas personas que estamos dispuestos a que este paso del partido socialista tenga su castigo en cuantas citas electorales se desarrollen en el futuro.
Un pueblo digno como el pueblo saharaui no se merece tanta traición. Un pueblo digno, como el pueblo canario, no puede dejar sin respuesta tanta traición.
Tenerife, 22 de enero de 2011
Plataforma Canaria de Apoyo al Pueblo Saharaui
1 comentario:
Distinguido Sr.
Mi nombre es Miguel López Gaspar, me considero español de mil generaciones. Los sucesos del Sahara no corresponden con la Voluntad del Estado. Un golpe de Estado Técnico sucede a la muerte del Dictador Franco que restablece la monarquía empobrecida por el conflicto civil restauratorio que no sólo asoló al Estado sino que dejó claro que la idea de “España” es incompatible con Francia, Inglaterra y Estados Unidos, que no sólo bloquearon la República Española sino que abastecieron al General Rebelde, apoyando su política de “Asesinatos en Masa” (carretera Málaga-Almería; fusilamientos...). El Sahara es tan antiguo bajo el uso español como pueden serlo las Canarias. Era un territorio virgen y desierto. No había habitantes. 1º) La incorporación de tribus nómadas corresponde al primer tercio del siglo XX. Si se sigue la ley de proporciones se podrá ver que hoy se reconocen sobre 400.000 saharauis, en 1976 octubre, fecha de la entrega, 76.000 almas. Por lo que no hay colonialismo, sino incorporación. 2º) Franco los incorporó en igualdad de derechos con los demás españoles.
Jamás los españoles hemos sido consultados en el Asunto liquidatorio del Sahara. No corresponde hacerlo ni a Su Majestad, don Juan Carlos ni a sus Gobiernos Títeres (designados y levantados por él) UCD (CDS); PSOE; Alianza Popular (PP). La norma de estos partidos tiránicos es cumplimentar la Voluntad del Monarca. No sirven al Pueblo, es pura Traición al Pueblo. Por lo que deduciendo, ninguno de sus actos ni están refrendados por el Pueblo, Único Soberano, ni permiten la participación de él. Los españoles y lo digo por mí mismo y conocidos, no queremos más monarquía traicionera ni gobiernos sometedores, queremos “QUE DESAPAREZCAN”, sean juzgados o no, pero que desaparezcan. Queremos una República Soberana Ciudadana y queremos que el Sahara y todos sus recursos sean restaurados al seno patrio, con o sin la voluntad de USA, Francia e Inglaterra. Si para ello hemos de ir a la GUERRA, me ofrezco VOLUNTARIO. 220111 ASTECARI.DIGITALA
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